Ayer Google convirtió en oficial uno de los rumores que mayor expectación ha levantado en el mercado móvil en los últimos tiempos: el Google Phone.
Como se difundió por la red hace ya semanas, finalmente el ‘teléfono’ de Google no será un teléfono como tal, sino un sistema operativo abierto y basado en Linux bautizado de forma oficial como Android.
Pero la cosa no ha quedado ahí. Como toda buena historia que se precie, esta nueva andadura del gigante norteamericano nos deparó un último giro en su trama para desvelarnos el nacimiento de la Open Handset Alliance, una sociedad fundada para el desarrollo e implantación de Android de la que forman parte un buen puñado de las empresas más relevantes del sector.
Sobre Android hay pocos datos nuevos que no se hubieran filtrado con anterioridad. Utilizará Linux, será abierto, y tendrá como objetivo la integración y adaptación de servicios web en dispositivos móviles. El hecho de ser abierto supuestamente garantiza un abaratamiento de los costes necesario para que los teléfonos de gama alta comiencen a llegar al gran público (crucemos dedos…). Ése al menos debe ser uno de sus principales propósitos.
Pero más allá de que sea o no sea Google quien esté detrás de todo esto, la aparición en escena de la Open Handset Alliance marca un punto de inflexión en el proyecto. Multinacionales del sector como HTC, T-Mobile, Intel, Qualcomm, Motorola o eBay participan como socios fundadores (también Telefónica). Esto es, fabricantes, proveedores, desarrolladores y empresas de servicios en Internet tirarán de este carro. Por el contrario, de momento se quedan fuera empresas como Nokia, que seguirá centrando sus esfuerzos en Symbian, o Vodafone, que sorprendentemente no se ha sumado a la iniciativa.
Si las fechas se cumplen podríamos tener los primeros teléfonos basados en Android en la segunda mitad de 2008. Será entonces cuando podremos valorar qué ventajas aporta en la práctica este nuevo sistema operativo. De momento, la primera es clara: la entrada en escena de un nuevo competidor de estas características obliga a Symbian y Windows Mobile a ponerse las pilas, y si la competencia estimula el desarrollo e innovación de los dos actores principales de la película, somos los espectadores usuarios quienes salimos ganando.