No sabemos si acabarán instaurándose las gafas de realidad virtual como un estándar para la industria del entretenimiento (el que suscribe lo duda bastante), pero el caso es que cada vez existen más propuestas para llevar esta experiencia VR a nuestra casa sin tener que desembolsar el dineral que están pidiendo por el hardware (Oculus Rift por 600$, cof-cof!). La modalidad lowcost pasa por usar nuestro smartphone y un soporte de gafas al estilo de las Cardboard de Google y reproducir contenidos ya sean desde el propio dispositivo o mediante streaming externo. Trinus VR permite justo eso, disfrutar de videojuegos de PC con unas gafas caseras 3D montadas con nuestro smartphone y un soporte que mueva la cámara con nuestra cabeza haciendo uso del giroscopio.

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Lo mejor de Trinus VR es que se adapta al tipo de conexión que podemos permitirnos, pudiendo usarlo sin contectar un cable USB de por medio, aunque para ello haya que sacrificar parte de la potencia gráfica al correr todo el procesamiento a través de nuestra red local. Aún con esto, los resultados tras realizar algunas pruebas con la aplicación han sido terriblemente positivos, no apreciando apenas retardo entre la entrada de comandos y la respuesta en pantalla. Dos son los elementos que necesitamos:

  • La app con el cliente Android instalada en nuestro dispositivo y ejecutándose.[Descargar]
  • El servidor de PC instalado y corriendo en segundo plano también en ejecución. [Descargar]

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Aunque es posible realizar una conexión punto a punto entre dispositivos, lo más fácil y común es que la interconexión se realice de forma automática al estar ambas partes conectadas a una misma red local, ya sea vía WiFi o por cable en el caso de PC (esto último es lo más recomendado como sucede con cualquier emisión de alta de manda de datos online). Entre otras cosas podremos configurar el tipo de entrada de control para usar con el giroscopio, que va desde interpolar 1:1 el movimiento del ratón para el scroll hasta sistemas más específicos de manejo dependientes del propio juego.

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Como decimos, resulta sorprendente comprobar como prácticamente sin configurar nada podemos echarnos unas partidas a juegos como Skyrim, GTA V o Portal 2, aunque tendremos que dedicar un buen rato para ajustar la experiencia a nuestro hardware y sistema de visualización específico, pudiendo calibrar la distancia entre focos, los puntos muertos, la sensibilidad de giro o la calidad gráfica que repercute directamente en el retardo de la emisión. Aún así, y como ya hemos dicho, resulta sorprendente lo bien que funciona el sistema. Evidentemente no tendremos el efecto 3D depurado de unas gafas dedicadas pero la experiencia anda bastante a la zaga de lo que podemos encontrar a día de hoy.

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La versión que se distribuye de forma gratuita solo permite jugar 10 minutos por sesión, por lo que puede considerarse simplemente un test para comprobar si merece la pena agenciarse la versión completa (que cuesta 8,99€/$) y si se ajusta a nuestras necesidades.

Más información | Web oficial

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