Meitu es una app de origen chino que ha dado el salto a la fama en los últimos días. Lo que parece una inofensiva aplicación para hacernos selfies y aplicar filtros con los que convertirnos en personajes de anime parece tener un lado más oscuro: Se ha confirmado que la aplicación recopia parte de nuestra información privada a sus servidores, aunque el motivo pasa más por un asunto burocrático que una maniobra de dudosa legalidad.
Las alarmas saltaron cuando un usuario confirmó a través de Twitter que la aplicación era capaz de recopilar datos como nuestro IMEI, dirección MAC o características internas de nuestro terminal tal y como demuestra este código extraído del APK, además de enviarlas remotamente a servidores de origen chino. La desarrolladora ha respondido ante las acusaciones enviando un comunicado a los medios donde explican la necesidad de recopilar dicha información al no existir un sistema de tracking gestionado por terceros; siendo ese un requisito según el sistema regulador del país. O lo que es lo mismo, ya que Google no puede meter mano en China, es el propio developer el que debe hacer «el trabajo sucio». Al menos confirman que dicha información es totalmente privada y no es distribuída de ninguna fora.
Ahora bien, lo que sorprende es que salten todas las alarmas ante una noticia de este tipo. Sin salir del ámbito de la distribución de software asiático, el navegador UC Browser recopila 9.4 millones de descargas solo en Uptodown y más de 100 en Google Play, amén de requerir más de 50 permisos para su instalación. Pues sorpresa, hace ya mucho que sabemos que también realizaba actividades similares, y lo que es más chocamte, llegó a distribuirse dicha información a terceros.
Lo que no tiene mucho sentido es que pongamos en grito en el cielo ante algo así teniendo en cuenta que utilizamos a diario todo tipo de servicios, chinos, norteamericanos o de cualquier lugar, que igualmente almacenantodos esos datos sensibles sin ningún pudor y siendo totalmente conscientes de ello. La navegación privada es una utopía en estos días de globalización y automatización de procesos mundanos. De hecho, ya hemos comprobado en esta santa casa lo complicado que es desligarnos de cualquier servicio intentando desinstalar cualquier atisbo de Google de nuestro terminal. Que información sensible nada libre por las profundidades de la red es algo que debemos interiorizar, y poco puede hacer el usuario cuando llega un día en el que todos esos datos son utilizados de forma ilícita.
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