Recorrían la superficie de la Tierra millones de años antes que nosotros y lo seguirán haciendo cuando ya no estemos aquí. Las hormigas siempre nos han fascinado por su férrea sociedad jerárquica y su capacidad para sobrevivir en las condiciones más extremas. Ahora podrás convertirte en una de ellas y crear tu propia colonia desde cero, gracias a Pocket Ants.
Esta producción de Ariel Games arranca de la manera más sencilla, con una hormiga reina y una hormiga obrera. A partir de ahí, y a través de unos sencillos tutoriales, aprenderás a expandir tu colonia, recolectando y almacenando recursos mientras alimentas a tu reina para que ponga huevos y así aumentar el número de hormigas, a las que irás asignando diferentes tareas.
En Pocket Ants controlas numerosos parámetros
A pesar de su aparente simplicidad, Pocket Ants te sorprenderá con la cantidad de párametros que llegarás a gestionar mientras afrontas nuevos desafíos y peligros, como proteger tu colonia de los depredadores, reclutar otras criaturas para convertirlas en tus aliados e incluso asaltar los hormigueros de otros jugadores en busca de recursos.
Además de controlar a tu propia hormiga, en Pocket Ants deberás crear nuevas salas dentro del hormiguero destinadas a tareas muy concretas mientras mantienes el equilibrio preciso entre obreras y soldados que garantice la supervivencia de la colonia.
El campo de acción de Pocket Ants no se limita solo al interior de la colonia, sino también a la superficie. Deberás explorar las proximidades del hormiguero para guiar a tus compañeras en busca de fuentes de alimento y, a medida que vayas subiendo de nivel, la escala del juego irá aumentando exponencialmente.
Tareas para conseguir jugosas recompensas
A través de la pantalla táctil podrás dirigir a tu hormiga y navegar por los diferentes menús de gestión del hormiguero, controlando en todo momento su evolución a través de diversos parámetros. Y no olvides echar un vistazo al apartado de tareas, porque podrás conseguir jugosas recompensas al completarlas.
Pocket Ants es una simpática combinación de estrategia y gestión, al que solo se le puede encontrar un pequeño defecto: la obligación de asociar nuestra partida a una cuenta de Facebook o Google. Es el único peaje a pagar para poder interactuar con los hormigueros de otros usuarios y tener la seguridad de que los tramposos serán expulsados de este pequeño imperio de hormigas.