Irán es uno de los muchos bastiones anti-Internet del mundo en el que los máximos dirigentes del país dan freno a las comunicaciones internacionales para evitar que sus habitantes descubran la realidad de su entorno desde otro punto de vista presuntamente nocivo para las recias ideologías del país. Aún así, las redes sociales han resultado fundamentales de cara a planificar diversas protestas contra el presidente Mahmud Ahmadineyad en 2009 y 20011. Ahora, Irán plantea abrir a sus habitantes una red de Internet pública aunque limitada y censurada.
Durante los últimos años se especuló con la posibilidad de regular su infraestructura de cara a protegerse de supuestos ataques informáticos a diferentes organismos oficiales para así poder regular el flujo de información. Con la Primavera Árabe habiendo derrocado ya varios gobiernos en diferentes países, el gobierno del país ha decidido acelerar el proceso concienciado del «peligro» de las redes sociales de cara a preservar la imagen del país y hegemonía política entre su población.
Actualmente sitios de la talla de Facebook o Youtube están completamente vetados, aunque muchos usuarios lograban zafarse de la censura utilizando redes virtuales privadas (VPN) con las que hacían creer a las operadoras que su ordenador estaba trabajando desde otro país. Además, esta semana el gobierno iraní ha anunciado que en las próximas horas también se bloqueará el acceso a los servicios promovidos por Google, incluido su servicio de correo Gmail, anteponiendo sus propios servicios de búsqueda y mensajería, «Iran Mail» e «Iran Search Engine».
Aún así, y centrándose en los aspectos relacionados con la protección de datos, El Ministerio de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información afirmó que el primer paso sería trasladar toda la información de agencias gubernamentales y militares importantes a su nueva red privada a finales de este mismo mes para evitar sufrir más ataques que iban dirigidos a sonsacar información sobre el programa nuclear del país.
Gran parte de la nueva infraestructura será proveída por la empresa china Huawei Technologies, uno de los más importantes fabricantes de equipamiento de redes y telecomunicaciones a nivel mundial.