El 18 de Octubre de 2007 era una fecha muy esperada. Se lanzaba la nueva versión de Ubuntu, la 7.10, con su nombre clave «Gutsy Gibbon» (Gibón Valiente), y ello traía consigo una serie de mejoras muy notables con la anterior versión, Ubuntu Feisty Fawn.
La primera vez que probé Ubuntu fue con la penúltima versión lanzada, la 7.04. Mi impresión por entonces era buena, aunque no me valía del todo para sustituir a Windows, ya que observaba muchas carencias que, aunque parcialmente remediables, me obligaban a usar Windows, tras ver su fragilidad.
La instalación de Ubuntu Gutsy Gibbon era inevitable. Había escuchado hablar mucho y bien sobre esta nueva versión y, tras la buena experiencia con Feisty Fawn, decidí darle una nueva oportunidad a Ubuntu. Y la verdad que no quedé decepcionado.
Al principio pensé que no iba a poder instalarlo, ya que al iniciar el Live CD de forma estandar, no pude iniciar el modo gráfico. Entonces, probé con el modo gráfico a prueba de fallos… y funcionó. No tardé en realizar la instalación, ya que es exactamente igual que la de Feisty Fawn.
Al iniciar por primera vez, todo fueron facilidades. Instalé el controlador gráfico y empecé a instalar mis programas preferidos (Exaile, Adobe Reader, VLC Player, etc.) y vi como, por muchos programas que instalaba, iba con la misma fluidez desde el primer inicio. El cambio a Gnome 2.20 también ha sido notable, tanto en estabilidad como en rapidez.
Otra de las cosas que me sorprendieron fue el soporte de lectura/escritura nativo de discos NTFS, para mí algo primordial en una distribución GNU/Linux.
Pero lo más sonado ha sido la integración de Compiz Fusion de forma nativa en esta versión de Ubuntu. Para muchos, ésta era una aplicación de obligada instalación. La verdad es que es admirable la gran cantidad de efectos gráficos que contiene y la calidad de éstos. Sin embargo, muchos prefieren anteponer la funcionalidad a los efectos gráficos, y Ubuntu lo ha tenido en cuenta, estableciendo tres niveles del alcance de éstos, incluida la desactivación completa.
Los aspectos negativos son los comunes a todas las distribuciones GNU/Linux: incompatibilidad con los programas de Windows (cosa que Wine, de momento, no puede paliar por completo), e incompatibilidad con los juegos (de Windows) (cosa que tampoco se puede remediar por completo hasta el momento).
En definitiva, Ubuntu Gutsy Gibbon es de las mejores distribuciones GNU/Linux de escritorio, pero aún se encuentra lejos de poder sustituir a Windows en compatibilidad con muchos de sus programas. De todas formas, antes de quedar contento o descontento, la mejor forma de saber si Ubuntu satisfará nuestras necesidades es instalarlo y probarlo.
Ubuntu Gutsy Gibbon es de lo mejor, pero ya mencionadamente, todavía siguen habiendo incompatibilidades, pero es lo de menos porque puedes conseguir programas para Ubuntu muy buenos
Gracias por esta noticia
Para todo usuario de windows el principal problema que presenta un sistema GNU/LINUX es la carencia de sus aplicaciones favoritas como por ej. el PhotoShop. Esto en lo principal se debe a mi entender a el miedo de probar algo diferente y al poco interés de pasar un poco de trabajo. Me explico tomando el mismo ejemplo el usuario promedio que tiene un PC en su hogar solo utiliza el PhotoShop para dar algunos retoques a sus fotos o a lo mas crear alguna que otra firmita para algún foro cosa que sin problema se puede hacer en GNU/Linux con Gimp y así mismo pasa con la mayoría de soft que se utiliza en Windows el 95% tiene un equivalente en GNU/LINUX solo que no quieren pasar el trabajo de aprender a utilizar un soft nuevo que conlleva mas conocimiento y esfuerzo para poderlo dominar. En cuanto a los juegos en realidad le falta a GNU/LINUX un gran camino por recorrer.
Hace como un año que cambie mi Windows por Ubuntu y al principio fue un poco difícil pero como todo terminas acostumbrándote. Esta distro es de las mejores que probé y una de las mas fáciles y amistosas para el manejo diario.