A veces, las ideas más absurdas suelen ser las más brillantes y si no que se lo digan al joven que decidió crear la famosa página del millón de dólares, en la que para anunciarse había que pagar un dólar por cada píxel que emplease un anuncio (y tiene la página llena).

Apple se gasta al año un dineral, millones y millones de las antiguas pesetas, en grandes campañas de marketing, organización de eventos en todo el mundo y publicidad de todo tipo, aunque también es verdad que luego consigue su objetivo, ya que no hay nadie que pueda hacerle frente en este sentido.

Retomando el concepto de las ideas absurdas, que a la postre se demuestran ser no tan absurdas, ¿a quién se le ocurriría regalar unas pegatinas con el logotipo de Apple dentro de los productos de la compañía? Seguro que las has visto pegadas en libretas, carpetas y demás utensilios de oficina, pero como las tendencias cambian, la moda ahora es colocarla en la parte trasera del coche.

Pensad en esos miles de millones que se gasta Apple en publicidad para que luego sea una simple pegatina la forma más efectiva de recordar su marca a lo largo y ancho del planeta. No sólo recuerda la marca, también identifica a sus usuarios.

En fin, Steve Jobs ha conseguido un hito en la historia de la automoción española, que el famoso Toro de Osborne, todo un símbolo de la cultura nacional, compita codo con codo con el logotipo que representa su marca. ¿Conocéis a alguien que haya sido capaz de colocar una pegatina del logotipo de Microsoft en su utilitario? Quizá nadie lo haga para no contagiar al vehículo la inestabilidad de los sistemas operativos Windows.

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