Singularity es uno de esos juegos que no se anuncian a bombo y platillo y que cuando lo juegas te deja un sabor más que bueno, de haber disfrutado de lo lindo, y eso que no estabas preparado para ello.
Ante la vorágine de FPS (Acción en Primera Persona) que nos está invadiendo desde el éxito de Modern Warfare y Modern Warfare 2, acogimos bajo nuestro regazo a Singularity sin muchas espectativas, sin embargo, no habían pasado más de 30 minutos de juego cuando ya estaba enganchado. ¿Por qué? Pues sencillamente porque tras esos buenos gráficos y una ambientación más que suficiente, el juego esconde una historia bien trenzada, con saltos en el tiempo y un nosequé que te mantiene intrigado durante el juego añadiéndo además una chispa de terror que lo hace extremadamente adictivo.
La historia del juego nos sitúa en la isla de Katorga-12, un entorno en cambio contínuo donde repentinas ondas nos llevan y traen de 1950 a la actualidad, con criaturas de otros tiempos acechando y en la que, gracias a un arma denominada DMT podremos manipular el tiempo. Esos cambios están provocados por el efecto del E99, un elemento descubierto por el ejército soviético de Stalin en 1950 en su afán por superar a los Estados Unidos y que fue utilizado por un científico -Barisov- provocando una catástrofe que afectaría a la isla. Los acontecimientos permanecieron secretos hasta que en 2010 se detectó actividad en un atolón remoto y que se creía abandonado… la isla de Katorga-12. Ahora, formas parte del escuadrón de reconocimiento de la isla, tomas el papel de de Nathaniel Renko y lo que vas a encontrar allí no es precísamente lo que esperabas, tu compañero de expedición es un bocazas de cuidado y aunque estará ahí para cubrirte las espaldas, en algunos momentos desearías que cerrara el pico.
Estámos ante un juego de acción en primera persona con una gran historia que basa su trama en los contínuos cambios en el tiempo. Principalmente gracias al arma denominada DMT que nos servirá para enviar hacia delante o atrás en el tiempo aquello a lo que estemos apuntando (y nos deje el juego). Pero no sólo de la DMT se abastece nuestro personaje, sino que contaremos con un arsenal que ronda la decena de armas diferentes, incluyendo un rifle de francotirador con la particularidad de ralentizar el tiempo unos segundos para facilitar los tiros de precisión (Kasimov SNV-E99), una pistola (Centurion), un rifle (AR9 Valkyrie), un lanzacohetes (RLS-7), una escopeta (Volk S4), un lanzagranadas Dethex,… cada una de ellas con una munición diferente, que encontraremos por el camino en el escenario y de las cuales podremos llevar dos encima.
Tendremos que tener cuidado en nuestro curso por la isla de Katorga-12, ya que tras los Spetsnaz (Fuerzas de Élite Rusas) encontraremos a un montón de criaturas mutadas por los efectos del E99, las hay de todo tipo y con diferentes facultades otorgadas por el elemento, así que prepárate y ten siempre recargada el arma, lista para disparar, esas criaturas aparecen donde menos te lo esperes.
Pero el arma más potente e interesante del juego es la DMT (Dispositivo de Manipulación Temporal). Con ella podremos empujar y atraer parte del escenario, recoger elementos que no están a nuestro alcance, llevar a enemigos al pasado y volverlos a traer, hacerlos ceniza, provocar al enemigo, hacer que se aglutinen para luego reventarlos por los aires,… en definitiva, un arma muy potente que hará muy amena esta aventura en la isla de Katorga-12. ¡Ah!, si, recuerda coger todo el ·99 que encuentres por el camino, lo usaremos para potenciar nuestras armas y será imprescindible en la historia.
Todo el juego está en castellano, incluyendo las voces y los textos, algo que se agracedece. Estamos ante un FPS que nos ha sorprendido grátamente tanto por su calidad gráfica (bastante buena, aunque los hay mejores), la acción, esa pizca de terror protagonizada por monstruos que salen de la nada en el momento más inesperado, y, por supuesto, por una historia que hace que no todo sea avanzar pegando tiros sin más, sino que te engancha. Y encima, para rematar, ofrece tres finales diferentes y una perlita para los amantes de la serie Lost.
Sin duda, Singularity es más que recomendable, un juego que ofrece algo diferente ante el panorama de FPS que nos encontramos. Su modo historia engancha, con una duración de unas 10 horas, y si te quedas con ganas de más tiros, puedes echar mano del modo multijugador online, en el que tienes varios escenarios y modos de juego en los que poner a prueba tu puntería frente a los enemigos, acabar con ellos y echar a rodar algunas cabezas desde tu posición. Elige tu bando y disfruta pegando tiros.
Singularity está disponible para PC, XBOX360 y PS3. No te lo pienses, este juego está perfectamente en el Top Ten de los mejores juegos del año, aunque no lo hayas visto protagonizando portadas de las revistas, un FPS diferente, y eso se agradece. Todo esto, nos lleva a darle una nota de 8.7.