Windows se queda bastante desnudo cuando es utilizado por usuarios que no tienen especial cuidado a la hora de instalar software de dudosa proveniencia o navegan por lugares inseguros. Tradicionalmente, una de las formas más cómodas si queremos utilizar programas sin riesgo de que nuestro equipo se impregne de malware es recurriendo a la virtualización con programas como Virtualbox, capaces de ejecutar un sistema operativo dentro de otro totalmente encajonado, pero su consumo de recursos no lo hace apto para todos los equipos. La alternativa más liviana y funcional está en programas como Sandboxie.
No se trata de una máquina virtual enmascarada e integrada en el shell, por lo que los problemas que lancemos a través de este sistema funcionarán a través de Windows y se codearán con el resto de elementos del sistema. La única diferencia es que los procesos lanzados por estos estarán completamente separados en un contenedor independiente y una estructura de carpetas apartada, por lo que si un programa intenta realizar una actividad maliciosa sobreescribiendo algún elemento del sistema o modificando algún parámetro crítico, Sandboxie nos avisará de lo que está ocurriendo. Es más, incluso el registro de Windows estará protegido, generándose una copia del mismo al comenzar el sandboxing y recuperándola durante el cierre para que todo esté como si nada.
Una vez instalado, se integrará con el menú contextual de Windows y nos permitirá ejecutar cualquier cosa a través suyo con tan solo hacer clic derecho sobre el ejecutable o acceso directo en cuestión. Será posible crear varias ‘contenedores’ independientes a nuestra elección, que aparecerán listadas en el propio panel de control de la herramienta. Si nos vamos al administrador de tareas de Windows veremos que los procesos están mezclados con los demás con la única diferencia de que cada uno de ellos tendrá un subproceso remarcado entre asteriscos. Además, a la hora de ejecutarse se distinguirán sus ventanas del resto por un aura amarilla alrededor del marco cuando pasamos el ratón por encima.
Usar Sandboxie podría resultar engorroso en determinadas circunstancias, pero para ello ofrece características que agilizan el proceso de lanzamiento. Sin ir más lejos, en cuanto lo instalemos se nos creará un acceso directo en el escritorio para poder ejecutar de forma estanca el navegador que tenemos por defecto. Es más, Desde el propio desplegable de la barra de notificaciones podremos lanzar tanto el navegador como nuestro cliente de correo, cualquier programa anclado en el menú de inicio o cualquiera que lancemos desde la barra de búsqueda.
En cuanto al consumo de recursos, su impacto es mínimo, no engordando más de 10Mb y apenas repercutiendo en el rendimiento del sistema, por lo que es una herramienta muy a tener en cuenta para olvidarnos de la engorrosa virtualización. Existen varios planes de suscripción, tanto de renovación anual como ilimitados. Sin ir más lejos, una licencia personal de por vida para un equipo cuesta 35$ (50$ para tres), precio más que asequible para lo valiso que puede resultar Sandboxie en determinadas circunstancias. Igualmente, la versión de prueba puede utilizarse durante 30 días.
Más información | Web de Sandboxie