El navegador ruso Yandex Browser lanza su beta abierta

Yandex es el buscador web más utilizado en Rusia con más del 60% de cuota (muy por encima de Google) por la capacidad del navegador para detectar en la barra de búsqueda las inflexiones propias del idioma. Hace ya algunos años que lanzaron su propio navegador en fase alpha, pero no hasido hasta ahora cuando acaba de publicarse la primera beta abierta de Yandex Browser con una original interfaz de navegación y el aliciente de estar basado en Chromium.

Esta primera versión de la beta abierta tiene en sus tripas Chromium 41, y tal es su interés en convencernos para que lo utilicemos que tras su instalación importará automáticamente todas las extensiones, favoritos y parámetros de configuración que tuviéramos en Google Chrome. Debido a esto, al iniciarlo por primera vez da la sensación de que hemos estado utilizándolo toda la vida.

Lo primero que entra a la vista es su página de inicio con fondo animado y junto con la barra de búsqueda y enlaces personalizados. Al inicio nos preguntará si queremos utilizar como motor el propio Yandex, Bing o Google. A la hora de empezar a utilizarlo comienzan las sorpresas, ya que la barra de búsqueda es la misma que la de escritura de urls, además de mostrar los resultados a través de la propia interfaz en vez de recurrir a la paginación natural del buscador que hayamos seleccionado, mezclándose con nuestras preferencias locales, búsquedas recientes y favoritos de una forma coherente o, como dirían los tecnócratas modernos, muy orgánica.

La siguiente sorpresa la tenemos en la barra superior de ventana ‘chameleon’ que hace desaparecer cualquier marco, mostrándonos las páginas en toda su plenitud, inmersión que se acentúa si utilizamos el navegador en pantalla completa y que se afianza cuando comprobamos que el color de la barra superior cambia según el propio estilo de la web que visitamos. Y como colofón a tanto cambio, nos topamos con que las diferentes pestañas se agrupan en la parte inferior de la pantalla. Los primeros minutos de uso son desconcertantes cuanto menos.

Ahora bien, una vez que entramos al juego la cosa se va tornando positiva. Si hacemos clic sobre la barra superior de título de la pestaña en cuestión veremos el ‘flip mode’ en acción, que superpondrá varias opciones de interacción directa como el añadir a marcadores, compartir, buscar en la página, añadir a la barra de inicio o imprimir. Todas esas opciones que parecían no estar por ningún lado se encuentran en ‘la otra’ cara de cada pestaña, además de encontrarse en el pequeño botón desplegable arriba a la derecha de la pantalla, donde se encuentra el árbol de opciones habitual en cualquier navegador basado en Chromium.

No existen más florituras aparte de los mencionados cambios estéticos más allá de algunas características dignas de mención que a estas alturas se hacen prácticamente imprescindibles, como son un modo de navegación anónima, su propio traductor de idiomas integrado para páginas concretas o selecciones de texto o un sistema de sincronización de perfiles análogo al utilizado por Chrome. Precisamente, de este último hereda la excesiva carga de RAM con varias perstañas abiertas, pero por lo demás estamos frente a un sorprendente navegador que podría resultar el cambio de aires que muchos buscaban.