Arnold Rauers es un desarrollador de juegos para Android especializado en diseñar juegos de cartas con mecánicas que se salen de lo habitual. Card Thief y Card Crawl son dos ejemplos de sus principales bazas: unos sistemas de juego interesantes y un apartado gráfico encantador. Siguiendo esta línea acaba de publicar (de nuevo bajo su sello TiNYTOUCHTALES este Miracle Merchant, donde tendremos que regentar una tienda de pociones donde los brebajes que nos piden los clientes se elaboran a partir de combinaciones de cuatro cartas. Todavía cuesta creer que una premisa tan simple de tanto, tanto juego.
El apartado visual ya resulta de por sí atrayente dadas sus no pocas similitudes con la estética y temática de Hora de Aventuras, pero lo mejor viene cuando rascas un poco la superficie. La premisa del juego es que disponemos de cuatro mazos de cartas cada uno de un color (y un quinto mezclado de forma aleatoria con todos ellos). Un cliente nos pedirá que elaboremos pociones con un color determinado, amén de hacernos ver que determinados ingredientes le «agradan» especialmente. Tendremos que colocar cuatro cartas sobre la mesa para cumplir sus necesidades, pero la cosa se desmadra cuando aprendemos que en el resultado final influye tanto la posición de las mismas como las que tengan adyacentes.
Para completar una partida entera tendremos que gastar todas las cartas de los cuatro mazos de doce cartas teniendo cuidado de no gastar antes de la cuenta uno de ellos, ya que entonces no podríamos cumplir algunos de los encargos posteriores. Aún así, existe la posibilidad de saltarnos algún cliente cada cierto tiempo en caso de intuir que no vamos a crear la poción que nos piden.
No os voy a engañar, la versión del juego que se distribuye de forma gratuita no está ni mucho menos completa, y solo nos permitirá realizar diez partidas, amén de estar restringidos algunos de los modos de juego y sistemas de progresión, pero os insto a que al menos le deis una oportunidad a esta propuesta y desembolséis los dos euros/dólares que cuesta desbloquear el resto de la experiencia, la cual, por cierto, no se sustenta por ningún tipo de banner o publicidad engarzada en los menús. Hay que dejarse llevar por la alquimia.