El síndrome de la libreta en la mesita de noche junto a la cama es toda una declaración de intenciones para diseñadores, escritores y demás practicantes de cualquier especialidad artística. Aunque el papel y lápiz tenga un componente romántico, es absurdo dejar de lado las nuevas tecnologías para potenciar y sacar partido a nuestras aptitudes. Por eso, aquí van unos cantos consejos y herramientas para fomentar la creatividad que yace latente en nuestro interior. ¡La prosa de este párrafo se empieza a contagiar por este espíritu!
Catalogando la inspiración
Un buen creativo debe ser una esponja a la hora de absorber información. Teniendo en cuenta que Internet es un inconmensurable generador de información, lo ideal es disponer de algún sistema para catalogar y almacenar todos los contenidos que nos resulten interesantes, amén de aprovecharnos de la versatilidad que nos proporcionan los dispositivos móviles.
Pocket es uno de los mejores contenedores de información que podemos encontrar. Ya sea en forma de extensión de navegador de escritorio o aplicación móvil, la herramienta habilita la posibilidad de almacenar cualquier contenidos que nos interese en un listado para su lectura posterior, siendo capaz además de discernir entre textos, imágenes o vídeos. Al ser una utilidad cross-platform que se sincroniza con nuestra cuenta de usuario, podemos guardar en el autobús un artículo con nuestro smartphone, leerlo en casa con el PC de sobremesa y borrarlo.
En cuanto a la suscripción a feeds vía RSS, existen muchas posibilidades, pero ya hemos comentado varias veces que el líder en su ámbito ha sido sin duda Feedly. A su cómoda interfaz se suma el hecho de que, al igual que sucede con Pocket, podemos apartar las lecturas que consideremos más interesantes para su lectura posterior, además de tener diferentes listados de los sitios que tenemos organizados por categorías. También dispone de extensión de navegador y app móvil, por lo que la versatilidad es un grado.
Estos dos casos permiten lidiar con la vorágine de información digital que nos lanzan a diario, pero a veces nos conviene almacenar estos datos a largo plazo. Como guardarlo en el sistema de marcadores de nuestro navegador es una locura total y usar servicios estándar de almacenamiento en la nube puede hacer que nuestro disco virtual acabe tan desordenado como el local, una buena solución es utilizar una herramienta como el conocido Evernote, que nos permite catalogar de forma coherente todo el contenido y sincronizarlo entre dispositivos. Aún así, ¡cuidado con el síndrome de Diógenes digital!
Organizando conceptos
Ya sabemos digerir y procesar información, pero lo verdaderamente complicado es saber plasmarla y reconducirla para nuestros propósitos. Ya sea el diseño de un videojuego, la planificación de un texto de envergadura o la preparación de pruebas académicas, la mecanización de procesos y transformación de conceptos en elementos tangibles son etapas difíciles de domar. El uso de mapas conceptuales es una técnica idónea para ese propósito, y herramientas como SimpleMind para Android o CmapTools para Windows y Mac son buenos referentes en este campo.
Si la esquematización se nos queda corta, siempre podemos recurrir a un método más natural como es el dibujo a mano alzada, al menos su contrapartida digital, que aunque nunca va a suplir la experiencia real, sí que puede resultar útil en casos concretos. Como en equipos de escritorio ya conocemos más que suficientes herramientas de diseño gráfico, vamos a mencionar Sketch Guru, una libreta virtual para realizar dibujos simples que además incluye pinceles que simulan trazos a mano alzada.
Planificando tareas
El mayor problema a la hora de dejar volar nuestra creatividad y saber amortizarla es el tiempo y las complicaciones que surgen al optimizar nuestro día a día. Por eso, no resulta descabellado utilizar un planificador de tareas aunque las miras de nuestra creación sean muy peregrinas.
Ser metódico y constante no son características innatas, y un pequeño empujoncito nunca está de más. Todoist es una aplicación muy útil es este aspecto, recordándonos los diferentes puntos a tener en cuenta que hayamos especificado con la cadencia que nosotros elijamos y varios rangos de prioridad. No llega a ser un planificador de tareas profesional para proyectos conjuntos ni necesita serlo.