Aun cuando las gafas de realidad aumentada de los de Mountain View, no estarán disponibles para la venta al publico hasta dentro de varios meses, ya se están dejando oír las primeras reacciones sobre el nuevo juguete de Google. Tampoco se conocen todavía sus especificaciones y aplicaciones, aunque no sería nada arriesgado pensar que podremos usar prácticamente todo lo que utilizamos en nuestro smartphone además ciertas aplicaciones exclusivas para el dispositivo. En el ámbito tecnológico todo son ventajas, pero llevar una pequeñísima cámara que se activa por voz puede ser un problema si hablamos sobre la privacidad de todo aquel que rodea al usuario de las gafas.

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Desde la popularizan de los teléfonos inteligentes, la privacidad de los usuarios ha sido siempre un gran punto de choque. La mayoría de personas no se sienten cómodas siendo grabadas por una cámara, y mucho menos sin su consentimiento (ademas de ser ilegal en muchos países, entre ellos España) y más hoy en día, cuando toda grabación puede ser subida a cualquier portal de vídeo o red social en cuestión de segundos. Con Google Glass seria mucho más complicado el detectar a alguien grabándonos, ya que solo tendría que girar la cabeza y usar alguna palabra clave en lugar de levantar el brazo y pulsar un botón. Todo esto por no mencionar lo que podría hacer Google en cuanto a bombardeo publicitario en la pequeña pantalla a escasos milímetros de nuestro ojo.

Por todo esto ya hay grupos organizados intentando parar el desarrollo o la venta masiva de este aparato: la plataforma «Stop The Cyborgs« solo aprueba el desarrollo este tipo de dispositivos para personas con necesidades especiales, como por ejemplo el uso de la cámara como asistente para personas ciegas o como ayuda para personas con alzheimer para que un sistema de reconocimiento facial indique su identidad o indicaciones para volver a casa.

Esta iniciativa considera que el resto de aplicaciones que se le podrían dar al dispositivo  serian invasivas para la privacidad del resto de personas. En algunos casos podría ser usado también como elemento de control de masas en países como Corea del Norte o China, donde las comunicaciones están muy controladas por los gobiernos. De momento ya hay una primera prohibición de uso de Google Glass. Un bar en Seattle llamado 5 Point Bar anunciaba por Facebook hace unos días que no se permitirá el uso de las gafas de Google en su establecimiento.

El caso de este establecimiento ha sido el detonante que ha desatado la polémica, inundando blogs y periódicos con la noticia del rechazo contra las gafas inteligentes, a lo que Google contestaba a través de un comunicado a CNET que aún esta por ver cómo se adaptará la sociedad al nuevo aparato, de la misma manera que se introdujo el smartphone o un poco antes la telefonía móvil en sí. «Aun estamos en los primeros días del proyecto Glass», declaraba un representante, «Esperamos que, como con otras tecnologías, las normas sociales y de comportamiento, se adapten con el paso del tiempo»

Lo ideal con un aparato que a primera vista es tan útil seria llegar a un punto intermedio en el que no se viera amenazada la privacidad de nadie, pero que aún así se le pudieran dar usos con los que facilitarnos la vida en ciertos aspectos, tanto personales como laborales. Eso sí, manteniéndose tras la barrera de la moralidad en determinados aspectos.

Página Oficial | http://www.google.com/glass/start/

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