Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los desarrolladores de juegos online, o más bien sus usuarios, es la proliferación de tramposos. Gente que intenta ganar ventaja sobre los demás a través de hacks y modificaciones. Es una lacra casi tan vieja como los FPS multijugador, con la diferencia de lo que antaño se restringía a servidores de PC que albergaban a cientos de jugadores ahora alcanza cifras de vértigo cuando hablamos de fenómenos actuales para dispositivos móviles como PUBG Mobile o COD Mobile.
A mayor número de jugadores, mayores son las probabilidades de dar con tramposos durante una partida. El pasado 29 de agosto, la cuenta oficial de Twitter de PUBG Mobile publicaba las cifras de su última «operación de limpieza». En apenas 6 días, desde el 20 al 26 de agosto, expulsaron nada menos que a 1.418.893 jugadores de sus servidores, por diversos motivos: desde utilizar hacks para ganar velocidad y apuntar automáticamente al uso de mods no oficiales para cambiar el modelado de sus personajes.
https://twitter.com/PUBGMOBILE/status/1431802549959593989?s=20
Esta cifra puede parecer estratosférica, pero es pequeña en comparación a la «operación de limpieza» que, también desde PUBG Mobile, se llevó a cabo hace un par de meses, en el periodo comprendido entre el 18 y el 24 del pasado junio. Se expulsó permanentemente a 3.884.690 cuentas por modificar ilegalmente los personajes o recurrir a diferentes hacks para obtener ventajas sobre otros jugadores. Casi 4 millones de jugadores.
https://twitter.com/PUBGMOBILE/status/1408907963310514176?s=20
Los hacks y los trucos no solo arruinan la experiencia de juego para el resto de usuarios que cumplen las reglas, sino que pueden poner en peligro la viabilidad económica de unas producciones que dependen exclusivamente de las compras in-game. De ahí la mano dura y la incansable persecución a la que someten a los tramposos.
Con cada nueva actualización los juegos añaden nuevos sistemas para detectar a los «listos» de turno, aunque estos a su vez encuentran nuevas maneras de saltarse estas protecciones en un eterno juego del gato y el ratón. PUBG Mobile no ha sido la única en tomar cartas en el asunto. El pasado 16 de julio, Free Fire expulsó a 1.348.888 jugadores. De una sola tacada.
Pero incluso en estas lides puede haber una oportunidad de negocio, como lo demostró en el pasado PunkBuster, en activo desde el año 2000, o Easy Anti-Cheat, esta última propiedad de la todopoderosa Epic Games. Sus servicios para detectar y cazar tramposos llevan mucho tiempo al servicio de las compañías más potentes en el desarrollo de juegos para PC. Ya sea bajo un software común o realizando sus propias raids de tramposos, está claro que LA PURGA solo acaba de empezar.