Seguimos con nuestro amigable repaso por los servicios utilizados por nuestros hijos de cara a intentar que los padres comprendan mejor este mundo tecnológico que se les ha venido encima en los últimos años y que a menudo cuesta comprender. Tras un primer artículo en el que intentamos entender en qué consiste YouTube vamos a dar paso a la red social de las fotos de playas, gintonics y bonitos atardeceres. ¿Por qué se hacen tus hijos tantos selfies fotografiándose compulsivamente? Posiblemente usen Instagram.
¿En qué consiste Instagram?
Vamos a reducir el concepto a su mínima expresión para que cualquiera pueda comprenderlo. Instagram es un lugar donde podemos publicar fotografías y vídeos de corta duración para que sea vistos por cualquier otro usuario, con el aliciente de poder aplicar efectos de imagen a los mismos y conseguir que luzcan mejor. Podemos hacer seguimiento de usuarios específicos para poder ver todo lo que comparten en el mismo instante en el que lo hacen, del mismo modo que otros pueden seguirnos a nosotros; estos son los llamados seguidores y seguidos, y son el baremo por el que un instagramer se puede considerar «famoso».
En el ranking con las cuentas más seguidas de Instagram predominan los famosos, siendo las tres más seguidas Taylor Swift, Kim Kardashian y Beyonce con 48, 47 y 46 millones de seguidores respectivamente (datos extaídos de Socialblade). Este dato es síntoma inequívoco de que la red social ha ido mucho más allá de ser una mera red social para convertirse en una plataforma de promoción para todo tipo de artistas.
A nivel de uso, Instagram es utilizado mayoritariamente a través de su aplicación oficial para dispositivos iOS y Android, aunque también dispone de una versión web desde la que se puede consultar todo el contenido publicado por los usuarios (pero no subir nuevas fotos o vídeos). Al entrar en la aplicación veremos una línea de tiempo con todas las publicaciones realizadas por la gente a la que seguimos, pudiendo hacer un Me gusta en las mismas de un modo similar al usado en Facebook o incluso dejar un pequeño comentario al pie.
¿Puede ser peligroso el uso de Instagram?
Si nos regimos por las generalidades a la hora de hablar de privacidad y protección de datos en la red, el mayor peligro de cualquier red social es el de compartir demasiados datos acerca de nuestra vida y mostrar abiertamente nuestros hábitos diarios a completos desconocidos. Hemos dicho que cuando publicamos una foto, cualquiera puede verla, pero es posible limitar esa visibilidad para que solo sean accesibles por aquellos usuarios que han empezado a seguir nuestra cuenta tras haberles dado permiso para ello. Esta funcionalidad puede activarse a través del menú de opciones que aparece al clicar en la parte superior derecha de la pantalla estando en la pestaña de nuestro perfil.
Como experiencia propia, tengo constancia de que familiares cercanos menores de edad sean seguidos por casi un millar de personas, quienes pueden ver fotografías de ellos en la playa, el instituto y su casa. No parece buena idea que completos desconocidos sepan a dedillo sus hábitos diarios, los lugares que frecuenta y las personas con las que se relaciona, y menos teniendo en cuenta de que Instagram dispone de un chat privado desde el que los contactos pueden conversar. No hace falta recordar que un día sí y otro también aparecen casos de ciberacoso a menores, así que una vez más, el mejor consejo es el más obvio: tener sentido común.
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