La particular guerra que se ha montado entre Twitter e Instagram es bastante curiosa, y parece tener más trasfondo del que parece. La retirada del soporte oficial para la red social de fotos no se trata solo de un movimiento para placar a su principal contrincante Facebook, que es la propietaria de la misma desde hace unos meses, sino que también hay una pequeña venganza detrás. Según The New York Times, Twitter tenía casi cerrada la compra de Instagram cuando su CEO, Kevin Systrom echó hacia atrás el trato y se decantó por Facebook.
Las razones de ese cambio de parecer, en principio, parecen pecuniarias: Facebook estaba dispuesta a pagar casi el doble que Twitter, pues la red de microblogging «solo» ofrecía 525 millones de dólares en comparación con los más de mil que puso sobre la mesa la compañía de Mark Zuckerberg. Y aunque Twitter tenía el trato casi cerrado cuando su oferta fue rechazada, en tan solo una semana se enteraron de que Instagram había aceptado una oferta de Facebook y no pudieron siquiera hacer una contraoferta para cuando el anuncio oficial había sido hecho.
Toda esta información contrasta con el testimonio del CEO de Instagram. Kevin Systrom aseguró ante una comisión empresarial del estado de California que debía evaluar la compra. que no habían recibido ninguna otra oferta salvo la de Facebook. No se sabe por qué ninguna de las dos compañías implicadas en la compra quisieron hacer público que había un previo postor.